La amoxicilina es un antibiótico de penicilina que se utiliza comúnmente para tratar infecciones bacterianas. Esta medicación es efectiva en la lucha contra una amplia variedad de bacterias, incluyendo Escherichia coli, Streptococcus, Haemophilus influenzae y Neisseria gonorrhoeae.
Cómo actúa la amoxicilina en el cuerpo
La amoxicilina actúa en el cuerpo al unirse a proteínas específicas en la pared celular de las bacterias. Esta unión interrumpe la capacidad de la bacteria para construir y mantener su pared celular, lo que resulta en la muerte de la bacteria.
Absorción y distribución en el cuerpo
Después de ser administrado por vía oral, la amoxicilina se absorbe rápidamente en el tracto gastrointestinal y se distribuye por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo. Esta medicación puede alcanzar niveles elevados en muchos tejidos y fluidos corporales, incluyendo la sangre, la bilis, la pleura, la piel, la mucosa nasal y el líquido sinovial.
Eliminación del cuerpo
La amoxicilina es eliminada principalmente por el riñón a través de la orina. Alguna cantidad también puede ser eliminada por la bilis. La tasa de eliminación de la amoxicilina depende de la función renal, por lo que la dosificación puede ser ajustada en pacientes con insuficiencia renal.
Duración de acción
La duración de acción de la amoxicilina depende de la frecuencia de dosificación. La medicación generalmente se toma cada 8 o 12 horas. La concentración de la amoxicilina en el cuerpo disminuye gradualmente después de cada dosis, por lo que es necesario tomarla regularmente para mantener niveles efectivos en el cuerpo.
Efectos secundarios de la amoxicilina
Aunque la amoxicilina es generalmente bien tolerada, puede causar efectos secundarios en algunos pacientes. Los efectos secundarios más comunes incluyen náuseas, diarrea, dolor de estómago y erupción en la piel. En casos raros, la amoxicilina puede causar reacciones alérgicas graves, incluyendo urticaria, angioedema y anafilaxia.
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Precauciones y contraindicaciones
La amoxicilina puede interactuar con otros medicamentos, incluyendo anticoagulantes, anticonvulsivos y antidiabéticos. Recuerde nunca automedicarse, aunque su estado de salud sea bueno.